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Destination

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Conocido como “el techo del mundo”, el Tíbet es un destino místico y único que se alza sobre la majestuosa cordillera del Himalaya. Viajar a esta tierra sagrada es adentrarse en un universo de espiritualidad, paisajes sobrecogedores y tradiciones milenarias que permanecen vivas en cada rincón.

Su capital, Lhasa, es el corazón cultural y religioso del Tíbet, hogar del imponente Palacio de Potala, antigua residencia de los Dalái Lama y Patrimonio de la Humanidad, y del templo Jokhang, considerado el centro espiritual más importante para los budistas tibetanos. A pocos kilómetros, los monasterios de Sera y Drepung muestran la vida monástica y la profundidad del budismo en su expresión más auténtica.

Más allá de las ciudades, el Tíbet sorprende con paisajes naturales que dejan sin aliento: vastas mesetas, lagos turquesa como el Namtso y el Yamdrok, y vistas espectaculares del Everest desde su vertiente norte. Cada viaje a esta región es también una oportunidad de encuentro con su gente hospitalaria, que conserva una profunda devoción espiritual reflejada en sus festivales, cánticos y ruedas de oración.

Visitar el Tíbet no es solo conocer un destino, es experimentar una conexión profunda entre la naturaleza, la cultura y la espiritualidad, en un lugar donde el tiempo parece detenerse y el alma encuentra calma.